En Robledo de Chavela disponemos de trajes tradicionales que tienen muchas similitudes con los trajes típicos segovianos, al haber pertenecido el municipio históricamente a Segovia
Bailes y canciones
En Robledo de Chavela se conservan varios bailes y canciones tradicionales, entre los bailes típicos destacan el Rondón, las Seguidillas y las Jotas.
- El Rondón se baila pasada la madrugada en las «Fiestas Patronales del Santísimo Cristo de la Agonía». El baile se realiza en la plaza por parejas, formando un gran círculo que abarca por completo la misma. A mitad del baile, y al son del solemne tambor, las parejas van marchando durante un rato, agarrados del brazo, haciendo “el paseíllo”.
- Las seguidillas y jotas son típicos bailes robledanos


Tradicionalmente se han realizado durante las «rondas» que hacen los quintos el sábado por la noche antes del Domingo de Resurrección, en el que se celebra la fiesta de El Judas.
También se ronda el día de la Hoguera, en Nochevieja, y en la noche de bodas de los recién casados
“La Rondalla”, “Los Jarales” y la asociación cultural “Aires Serranos”, son dos agrupaciones cuyo objeto es conservar la música y bailes típicos robledanos.
Trajes de hombre
- Boina
- Camisa blanca
- Encima, blusón a cuadros grises
- Pantalón de pana negro
- Faja roja en la cintura con pañuelo de cuadros de sarga colgando al lado izquierdo
- Medias blancas bordadas de lana
- Zapatillas negras de suela de goma y cintas
- Tilines de cuero


Trajes de mujer
- Pañuelo en la cabeza
- Camisa blanca con puntilla en cuello y puño con entredós con cinta del color del refajo
- Pañoleta en los hombros cruzada en la cintura
- Refajo bordado o picado (sin lentejuelas)
- Delantal negro
- Faltriquera
- Enaguas y pololos blancos con puntilla con pasacintas del color del refajo
- Medias blancas bordadas de lana
- Zapatillas negras con suela de goma y cintas
- Sujetando la pañoleta lleva cuatro broches, uno en cada hombro, otro en la espalda para rizarla y otro en el cruce del pecho
- Collares y pendientes de filigrana.
Hay que destacar el picado, trabajo laborioso y difícil, pues está totalmente hecho a mano, pero de gran belleza. Para su confección se crea un dibujo cada vez diferente y se hace la plantilla en papel. Se recorta y se pasa a cartulina. De cartulina a fieltro y una vez recortado se prende en el paño del color elegido con el que se hará el refajo, se hilvana y se cose a mano con pequeñísimas puntadas. Se frunce la cintura con pliegues o nido de abeja.
Actualmente, la Asociación Socio-Cultural de Mujeres «Las Robledanas» ofrece un taller de picado para la recuperación y conservación de esta modalidad de artesanía rural.